Tiburón y la publicidad...

TERROR EN LA PANTALLA
La película estadounidense de Steven Spielberg, Jaws (Tiburón), narra la historia de un pequeño pueblo turístico que se cubre de pánico debido a los ataques de un tiburón blanco; un filme basado en el best-seller de Peter Benchle “Jaws”. Un policía local, un ictiólogo y un veterano marino serán los encargados de eliminar al terrible pez; una intensidad que se mantiene a lo largo de la película y que adquiere su punto prominente en las secuencias de persecución del tiburón.

Steven Spielberg, el director de Jaws, nació en Cincinnatti (Estados Unidos); después de dirigir varios programas de televisión, realizó una película [para televisión] llamada Duel (El diablo sobre ruedas) en 1971. Su entrada a la industria del séptimo arte se vio marcada por su primer largometraje The Sugarland Express (Loca Evasión) en 1974. Jaws (Tiburón, 1975) fue el filme que le procuraría fama internacional; un rodaje problemático que no parecía augurar el éxito taquillero de la cinta. Su filmografía posterior a Jaws incluye Close Encounters of the Third Kind (1977), E.T.: The Extra-Terrestrial, (1982), The Color Purple (1985) y Hook (1991). También fue director de los filmes del profesor y arqueólogo Indiana Jones, Raiders of the Lost Ark (1981), Indiana Jones and the Temple of Doom (1984) e Indiana Jones and the Last Crusade (1989). Otro éxito taquillero fue Jurassic Park (1993), una película de ciencia-ficción que tendría una secuela The Lost World: Jurassic Park (1997); Spielberg participaría como productor ejecutivo en la tercera parte de la saga Jurassic Park III (2001). La película basada en experiencias del Holocausto Schindler's List (1993) fue filmada en blanco y negro [excepto una imagen a color]; este filme le procuró el Oscar a Mejor Director y a Mejor Película. Obtendría su segundo Oscar como Mejor Director con la película Saving Private Ryan (1998). Entre sus más recientes proyectos se encuentran Minority Report (2002), Catch Me If You Can (2002), The Terminal (2004), War of the Worlds (2005) y Munich (2005). Asimismo, Spielberg es uno de los productores más poderosos de la industria cinematográfica [fundador de la productora DreamWorks].

Un inicio turbulento; misteriosos ataques acuáticos que dan iniciación a una historia de terror en una ciudad llamada Amity. El jefe de policía (Brody, interpretado por Roy Scheider), un ictiólogo (Matt Hooper, interpretado por Richard Dreyfuss), y un marino experto en tiburones (Quint, interpretado por Robert Shaw) conforman la tripleta de personajes que llevarán a cabo la enigmática búsqueda del tiburón; personajes que se involucran con fobias [Brody le tiene fobia al agua], aventuras y muertes. Hombres ordinarios que se enfrentan a situaciones extraordinarias: desafíos épicos y dientes mortales. Los elementos de la película están vinculados entre sí, nada es trabajo del azar, es decir, las acciones de unos [personajes] conciernan a otros. El inicio del filme nos presenta un pueblo cuyos habitantes tienen intereses, incitaciones y miedo a todo aquello que pone en peligro su vida; una manifestación de los límites del hombre ante las fatalidades y los peligros.

El montaje (Verna Fields) y la producción (David Brown y Richard D. Zanuck) fueron imprescindibles para el éxito del filme [el tiburón mecánico fue diseñado por Joe Alves] ; el tema musical de la película también se volvió mundialmente conocido. Compuesta por John Williams , la melodía pareciera que invocara a la naturaleza y a la furia del océano; Williams ganó el Oscar en la categoría de Mejor Música Original. El filme también ganó el Oscar a Mejor Banda Sonora y a Mejor Edición (Verna Fields). La fotografía (Bill Butler) genera un sentimiento de nerviosidad y suspenso con imágenes que vinculan el terror con el contexto del agua más que con el tiburón en sí [la música notifica la presencia de un animal temible]; una fusión entre el mundo terrestre y el acuático, donde se presenta una variedad de tonalidades azules. La filmación estuvo invadida por contratiempos y errores con las máquinas que componían al animal acuático; sin embargo, Spielberg logró generar un pánico [en los espectadores] que fue ocasionado por el recóndito tiburón, el cual, aunque no aparece mucho en el filme, se convierte en el centro de conversación de los personajes. El guión es simple pero plenamente efectivo, acertando en el hecho de que el tiburón se presenta una hora después de iniciado el filme; demostrándonos que el ser humano le teme a lo que no conoce, a lo que no puede observar.

La cámara enfoca desde arriba y el tiburón se desplaza por debajo de un barco… Steven Spielberg creó la película más taquillera de 1975, basada en un evento real ocurrido en 1916 en Nueva Jersey; y a pesar de que algunas escenas del tiburón mecánico son algo inverosímiles, ninguna de las secuelas posteriores ha podido alcanzar el éxito de esta cinta. La película contiene escenas explícitas y duras, como la sangrienta muerte de un niño. Para compensar la ausencia del pez mecánico [el cual no funcionaba], Spielberg utilizó tomas desde el punto de vista del tiburón, las cuales, acopladas a la música de Williams, hacen alusión a un animal mortífero.

Jaws dio comienzo a los blockbusters; y un factor fundamental para que esto sucediera fue la campaña publicitaria [televisiva] que se llevó a cabo en torno al filme. La película tuvo la capacidad de crear un conjunto de costumbres sociales [principalmente en Estados Unidos], donde se exterioriza un proceso de innovación en la producción de medios y ciencias aplicadas. Jaws es un fenómeno mediático muy influyente, creó opiniones, generó temores y, en muchos casos, modificó comportamientos. Un ejemplo de lo anterior sería el hecho de que “The New York Times” reportó que la gente que iba a nadar al mar en aquella época se agrupaba a una corta distancia de la costa ya que temían ser atacados por tiburones.

Jaws es la primer película en tener una publicidad masiva y provocadora; esta costosa publicidad televisiva generó curiosidad y expectativa [sobretodo en la población estadounidense], lo cual se convirtió en un factor esencial para que Jaws se consolidara como la primera película en recaudar más de 100 millones de dólares en taquilla. El filme se había convertido en algo más que una simple película, era un nuevo concepto de publicidad que brindó bases para la aparición de futuros blockbusters, incluso, varios fanáticos provenientes de diversas partes del mundo visitaron los estudios de filmación en las pequeñas islas en la costas de Massachussets.

La carrera de Steven Spielberg comenzó con Jaws; un director experto e ingenioso que mezcla perfectamente el horror con la comedia; él logra obtener los mejores funcionamientos de su actores; además, su pasión por los efectos especiales nunca ha afectado ni a la historia ni a los personajes de sus películas.

Jaws es el inicio de la industria de cine contemporáneo; es la película que inició las grandes campañas de publicidad televisiva, además, es considerada como el primer éxito de verano del séptimo arte [la música de la cinta se convirtió en un leit motiv de los instantes de suspenso]. Este fenómeno mediático se convirtió en el inicio de la era de la mega publicidad en la industria cinematográfica. Fue la inspiración para el atractivo turístico [una pequeña recreación de Amity] en el parque de diversiones de Universal Studios. Nunca existirá otra película que tenga el mismo impacto que Jaws.


Mi "Yo Protéico" y nuestra cibercultura...

“Protéico” es un término que proviene del dios griego Proteo [descrito por Homero como ‘anciano hombre del mar’]. Esta deidad se caracterizaba por predecir el futuro, sin embargo, constantemente sufría metamorfosis para evadir a las personas [o culturas] que pretendían pedir su ayuda. En “La era del acceso” de Jeremy Rifkin, el ‘yo protéico’ [ser protéico] hace alusión al cambio de opiniones y actitudes del ser humano como tal. Un ‘yo proteico’ simbolizado en seres que se transforman y se adaptan a los diversos entornos. La tecnología [cibercultura para mayor exactitud] permite una adaptación más vertiginosa y rápida; una comunidad global dentro de la cual se puede intercambiar información en cuestión de segundos. Cada individuo tiene su ‘yo protéico’ que le da la capacidad de adecuarse a un mundo en constante mutación; el problema surge cuando nos convertimos en entidades dependientes de la tecnología [Internet como herramienta de información] que encuentra en constante progreso.

Constante movimiento... historia de Internet



Rifkin afirma que somos ‘una generación de humanos protéicos’ que opta por los sentimientos y emociones, restando importancia a la razón; además, la palabra ha sido opacada por la imagen [lo visual]. Mayor espontaneidad e ingenuidad, menor abstracción y reflexión; el ser humanos se está convirtiendo en una raza cada vez con mayores intereses y mayor necesidad de “tener más”. Los seres humanos [al igual que Proteo] nos encontramos en un estado de constante metamorfosis; una evolución que forma parte de nuestra historia [esto se refleja en las corrientes artísticas] en donde el hombre pretende satisfacer todas sus necesidades [tanto físicas como intelectuales], las cuales también varían en este proceso natural de transformación. Este virus de información masiva que nos ataca día con día genera una red de comunicación interpersonal mediante un espacio perpetuo conocido como cibercultura.

La tecnología y la adaptación al entorno...


La cultura de Jeremy Rifkin... (en inglés)


Información más accesible...

Comercial... El Yak

Yo escribí el guión de este comercial y también lo edité...

Librerías Gandhi


Las Librerías Gandhi fomentan la lectura; su publicidad se basa en frases y expresiones relacionadas con el hecho de que los mexicanos casi no leen. La librería también pretende combatir el analfabetismo funcional [millones de personas en México saben leer pero no comprenden lo que leen].

Esta publicidad promueve la venta principalmente de libros [aunque también vende música y videos]. Sin lugar a duda, Librerías Gandhi pretende que los ciudadanos en México compren más libros, por lo tanto, que lean más. La técnica que se utiliza es hacer énfasis en el hecho de que en México el promedio de lectura anual (libros) de los habitantes es muy bajo. Nuestro país se encuentra en una crisis de lectura, y Gandhi pretende concienciarnos sobre este grave problema; apela a los sentimientos humanos. Es una publicidad aparentemente sencilla, pero con un mensaje social monumental que nos pone a repasar la situación cultural de México y nos ayuda a tomar una decisión. Una campaña identificada por el color amarillo que utiliza el humor y la ironía para convertir a Gandhi en una de las librerías más grandes de México. Definitivamente, el método utilizado por Gandhi me lleva a tomar la decisión de comprar libros ahí, incrementando mi promedio de lectura.

Patos en lenta temporada...

“Temporada de Patos” (2004), del director y guionista Fernando Eimbcke, es una película mexicana que narra la historia de dos adolescentes que se localizan en un departamento en Tlatelolco (Ciudad de México); ellos se preparan para pasar un domingo sin adultos, con videojuegos, comida chatarra y refrescos. Sin embargo, sus planes cambian de manera radical cuando se corta la energía eléctrica; conjuntamente, aparecen una curiosa vecina y un peculiar repartidor de pizzas. La idea del filme es dejar que el tiempo transcurra; los personajes conversan sobre nada mientras van descubriendo el valor de la amistad, del amor e incluso de la soledad. Eimbcke nos expone un filme en blanco y negro cuyo relato acontece en un sólo día; la cotidianidad se contrasta con la ingenuidad de los protagonistas que se oponen a los habitualismos y a los modelos sociales. El título de la cinta “Temporada de Patos” hace referencia a un cuadro de la sala del departamento donde se exponen unos patos volando sobre un lago.

Fernando Eimbcke nació en México en 1970; “Temporada de Patos”, es su ópera prima. Anteriormente había escrito y dirigido diversos cortometrajes: Disculpe las molestias (1994), ¿Perdón? (1995), No todo es permanente (1995), La suerte de la fea... a la bonita no le importa (2002). Realizó estudios en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (UNAM) e inició su carrera realizando video clips premiados para grupos de música alternativa como Plastilina Mosh y Molotov.

El guión de la película [escrito por Fernando Eimbcke y Paula Markovitch] es lento, provocando que el espectador sienta lo mismo que los protagonistas: ocio e inquietud. La fotografía [Alexis Zabé] en blanco y negro le da un sentido de soledad e incomunicación a la historia. La música de Alejandro Rosso y el diseño de producción de Diana Quiroz son una dualidad de elementos que se combinan para crear un filme claro y sencillo compuesto de tomas delusorias.
Cuatro personajes que interactúan mientras exploran cuestiones como la juventud, la vida adulta y el cariño. Moko (Diego Cataño) y Flama (Daniel Miranda) son mejores amigos y tienen planeado un domingo perfecto; pero son interrumpidos por Rita (Danny Perea), la joven vecina que pide prestado el horno para cocinar un pastel; conjuntamente, aparece un repartidor de pizzas, Ulises (Enrique Arreola), que discute con los jóvenes por el tiempo de entrega. Los personajes forjarán relaciones interpersonales mediante la expresión de sus problemas íntimos: Moko y sus interrogantes sobre el amor, Flama y el divorcio de sus padres, Rita y su insociabilidad, Ulises y sus infortunios.

El apagón eléctrico funciona como vuelco narrativo en el filme donde se pretende interpretar la vulgaridad cotidiana de una historia donde las acciones de los personajes están prescritas por lapsos precisos: Ulises llega con la pizza exactamente 11 segundos tarde y la vecina espera 15 minutos para que se hornee un pastel. Una cinta donde cada segundo cuenta, donde los personajes se aburren mientras pasan los segundos; Eimbcke hace una exploración del tiempo que elimina la diferencia entre lo habitual y lo extraordinario: un tono soñoliento que se establece al inicio del filme cuando un par de vasos se comienzan a llenar lentamente con Coca-Cola.

Un cine pausado, con escenarios sencillos y situaciones sin vicios excesivos [existe una secuencia que involucra marihuana y alucinaciones]; un joven que cuestiona la paternidad biológica de sus padres, su amigo que vive experiencias amorosas, un repartidor que adora a los animales, y una vecina fascinada con las insignificancias y convencida de que su futuro depende de un paquete de Frescas (dulces con chocolate); componentes de una tarde cualquiera donde se vinculan las vidas de cuatro seres que, metaforizándose con la imagen de unos patos volando en forma de “v”, se revuelven en cuestiones de apego y alejamiento. El filme se contextualiza con un México donde la gente actúa en base a mecanismos predispuestos, un país donde realmente no pasa nada relevante, donde la multitud se mueve por inercia, donde la reflexión de los individuos se basa en impertinencias y ridiculeces; Temporada de Patos hace una simbología del estancamiento e inmovilización en el que se encuentra nuestra sociedad. La tecnología (representada en una X-Box) edifica una barrera de incomunicación con las personas que nos rodean.

Esta cinta fue premiada en la XIX Muestra de Cine Mexicano e Iberoamericano de Guadalajara y participó en la Semana Internacional de la Crítica del Festival de Cannes; también ganó 11 Arieles. Una sencilla comedia que pretende representar a la sociedad [principalmente adolescente] que existe en la Ciudad de México.